Leía ese cuento una y otra vez. Y habría dado cualquier cosa por tener, para mi Nancy, un vestido como el que mostraba la ilustración.
En su lugar, le ponía trapos, que sacaba a hurtadillas del segundo cajón del mueble de la cocina.
La subía al cesto de las pinzas de tender, y ya tenía trineo mágico.
Porque más vale tarde que nunca, y porque hay que aprovechar lo bueno de ser mayor, hoy hago un vestido de La Reina de las Nieves.
¿Juegas?
Inspirado en el cuento clásico. Un tres piezas que puede usarse como vestido de cóctel.
Pieza interior realizada en raso. Capa en antelina azul fantasía con brillos.
Cuerpo del vestido en sparkling blanco y cristales de Swarovski.
Se realiza por encargo.
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